¿Puede salir algo bueno de la cárcel? El trasfondo bíblico de la pregunta procede del comienzo del ministerio de Jesús en el Evangelio de Juan (1:43-51). Natanael es abordado por Felipe con la buena noticia de que ha encontrado al Mesías, aquel a quien apuntaban Moisés y los profetas. Natanael no cree que de Nazaret puedan salir buenas noticias y personas de valor. Natanael es un escéptico que, al expresar su desprecio por Nazaret, expone sus prejuicios contra sus gentes.
¿Puede salir algo bueno de la cárcel? El trasfondo ministerial de la pregunta surgió de una celebración de graduación en la cárcel para ocho mujeres que completaron un curso de los 7 Hábitos de la Gente Altamente Eficaz. Ocho mujeres pasaron diez semanas leyendo, rezando, compartiendo, escuchando, llorando, arrepintiéndose y reflexionando unas con otras. Cada una de ellas invitó a otra reclusa a «venir y ver» (Juan 1:46) el bien que emanaba de la cárcel. El Hijo de Dios fue criado, moldeado y formado en un lugar pequeño e insignificante, no en un lugar de fama o riqueza. Todas las personas y todos los lugares son importantes y estimados por Dios y Cristo, a pesar de nuestro juicio preconcebido contra ellos. El bien salió de Nazaret en la persona de Jesucristo. Ha salido de Nazaret y ha entrado en el Centro de Detención de las Fuerzas del Orden del Condado de Forsyth para demostrar que, al conocerlos por completo, los ama profundamente (Juan 1:48).
Los escépticos, como Nathaniel, están dentro y fuera de nuestra cárcel. Los escépticos asisten a las clases de 7 Hábitos, y nos parece bien. Al igual que Philip, la FJPM invita a los escépticos a que vengan y lo comprueben por sí mismos. Los escépticos observan una clase o asisten a una graduación, y nos parece bien.
¿Puede salir algo bueno de la cárcel? Sí, lo hemos visto en las vidas de aproximadamente veinticinco mujeres que se han graduado en 7 Hábitos desde 2014, y ni una sola ha vuelto a nuestra cárcel. Mientras continuamos en este ministerio de reconciliación, que todos podamos ver cosas aún mayores hechas en y saliendo de nuestro Nazaret… nuestra cárcel.
-Capellán Angela Roberson