Era un martes por la tarde y yo estaba en el ascensor de la cárcel del condado de Forsyth. Nos detuvimos en la cuarta planta para recoger a un funcionario y a un preso, Ron, que había cumplido su condena y se dirigía a la Puesta en Libertad Definitiva.

Ron me miró y dijo: “Capellán Wolfe, he terminado mi tiempo y me dirijo a casa. No tengo ningún cargo pendiente, puedo irme. Si ves a la señora del jersey rojo, no dejes de avisarla”.

No tenía ni idea de lo que quería decir hasta que le pregunté cuál era la historia.

Un par de meses antes había participado en el programa de los Ministerios de Cárceles y Prisiones de Forsyth, “Hope on the Inside”. Unos voluntarios entraron en la cárcel y dirigieron un estudio en cada zona de alojamiento basado en el libro de Max Lucado, Dios usará esto para bien. Los voluntarios y los reclusos compartieron la historia del libro del Génesis sobre José, encarcelado por Fotifar, y sobre cómo Dios había tomado un acontecimiento malo y lo había utilizado para algo bueno.

Ron dijo: “Capellán, acababan de encerrarme cuando fui a ese programa. Mi plan era conseguir que alguien me sacara de allí, y luego iba a huir. No iba a volver para el juicio, simplemente me iba a marchar”.

“La señora del jersey rojo dirigía el grupo en el que yo estaba y me puse a pensar en ello mientras ella hablaba de que José estaba en la cárcel. Cuando terminó el grupo, habló conmigo y me dijo que Dios puede utilizar mi tiempo aquí en la cárcel del mismo modo que utilizó el tiempo de José. Dijo que Dios actúa incluso cuando las cosas no van como nos gustaría. Le dije que lo pensaría, y acabé quedándome. Y ahora he terminado mi tiempo y voy a salir, y no huiré de la ley. Asegúrate de hacérselo saber a la señora del jersey rojo”.

Los voluntarios y los programas que hacen posibles marcan la diferencia en las vidas de los hombres y mujeres a los que atienden. No cabe duda de que para Ron supuso una diferencia.

Robert Wolfe, Capellán